Sus ojos se clavaban en los míos y adentraban en esta alma semirota. Yo sonreía de lado, y agachaba la cabeza, símbolo de mi timidez patológica.
Hacía tanto tiempo que una mirada no me desarmaba de esa forma...
La noche comenzó dejando ver algunos gestos, llenos de intención pero escondidos...Las horas, la complicidad, la emoción contenida...hizo el resto.
Ya a media noche, ninguno de los dos podía disimular, miradas , acercamientos intencionados,..esa sensación que había olvidado que podía sentir, esas ganas de volver a empezar que tanto dudé que tendría,...
Y como todas las noches, llegó la despedida, nuestra despedida, la de nadie más....Y la noche terminó llenándose de silencios, tan llenos de palabras sin decir. Silencios acompañados de gestos y miradas, que no saben mentir, que sólo saben callar para empezar a hablar...
Y nosotros, que no sabemos que decir, ni por dónde empezar...si debemos o no, hacer algo más, ...Nos quedamos quietos, en silencio, con miedo a romper la magia,...palabras entrecortadas, dos besos, volveremos a vernos,....
Al día siguiente, ya quiero volver a saber de ti, y me pregunto si a ti te sucederá igual, y no alcanzo a entender porque ahora, en este momento,..y mi cuerpo se llena de miedo y ganas, y sólo quiero volverte a sentir,...y ya sólo quiero....
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