martes, 27 de julio de 2010

LA TRAGEDIA DE DUISBURGO

Tres días después de la tragedia de la fiesta de música tecno «Loveparade», y mientras los familiares de las víctimas extranjeras, entre ellos los de las dos estudiantes catalanas fallecidas, se encuentran ya en Alemania para repatriar los restos mortales, crece la presión sobre las autoridades locales de la ciudad de Duisburgo, la Policía y los organizadores por los fallos de la seguridad de la fiesta. La cifra de fallecidos se ha elevado ya a 20 tras la muerte de una de las personas que permanecían hospitalizadas a causa de las heridas sufridas en la avalancha humana. Se trata de una joven alemana de 21 años.

En Duisburgo, la ciudad en la que se produjo el sábado la tragedia, un informe de la seguridad del festival hecho público por la prensa alemana ha colocado en una incómoda situación a los responsables de la autorización del evento. Al parecer, los Bomberos habían advertido ya meses antes de la «Loveparade» de que el emplazamiento elegido -una explanada con un único acceso y salida, el túnel donde se desató la tragedia- no era seguro. El mismo informe apuntaba que no habían sido observados varios protocolos de seguridad. Por ejemplo, los organizadores de la «Loveparade» no observaron la anchura mínima prevista para el acceso y la salida de emergencia. Asimismo, el informe preliminar señala que el aforo máximo del recinto es de 250.000 personas. Pese a ello, Duisburgo autorizó la fiesta en ese lugar para ahorrarse costes de seguridad, ya que buscar un recinto mayor implicaba aumentar el contingente policial, según ha apuntado el presidente del sindicato policial, Rainer Wendt. Sin embargo, la empresa organizadora del festival declinó, por su parte, cualquier responsabilidad: «La seguridad acordada con la Policía y con la ciudad no dejó lugar a ningún tipo de inquietud», dijo el empresario Rainer Schalle, dueño de la sociedad que desde 2006 organizaba el festival. 

Una de las grandes incógnitas sigue siendo la cifra de participantes, y mientras las primeras cifras divulgadas por los organizadores hablaban de 1,4 millones de personas los responsables de seguridad hablan ahora de 300.000 personas. El domingo, el alcalde de Duisburgo, Adolf Sauerland, que defendió el fin de semana el plan de seguridad de la «Loveparade», sufrió agresiones e insultos al acercarse al lugar de la tragedia. La Policía de Duisburgo modificó el balance de heridos, elevándolo a 511 personas.

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