sábado, 7 de agosto de 2010

LA MENTIRA QUE LLAMAN FELICIDAD

No es que yo sea un portento de la felicidad, en sí, siempre he pensado en ella como algo abstracto e irreal, como las películas, que te enseñan el final feliz y siempre nos creemos que pueda pasar en la vida real y cotidiana. Lo abstracto no tiene forma y si la tiene no tiene sentido, así es la felicidad para mi, un término o palabra abstracta sin llegar a nada más profundo.

Claro, ahora podéis decir, pero antes no pensabas eso, antes creías en la felicidad, pues si, para que voy a engañar, pero soy humano  , soy cambiante como la vida misma y lo que antes me parecían pequeñas chispas de tiempo feliz ahora es una simple palabreja sin sentido...

No, no estoy deprimido, no estoy triste, mi vida ahora mismo no es una mierda (y aunque parezca mentira ninguno de los momentos difíciles que he tenido que vivir lo han sido), no tengo ninguna enfermedad terminal, nadie, incluido yo se ha muerto.

Entonces llega la eterna pregunta... ¿y entonces, en que crees?.

Creer es otro termino también muy abstracto, pero este al menos tiene sentido dependiendo de su aplicación en la vida. Yo no creo en Dios, otros si lo hacen y eso les hace sentir bien, creer en aquello que no vemos, es sentirnos protegidos y nos protegemos porque tenemos miedos, internos, de nuestro ser. Cuando eso pasa, creemos siempre en aquello que no podemos ver y que tiene divinidad como Dios o la felicidad entre otros.

La verdad que para mí se ha convertido en algo vital creer, creer en algo divino pero a su vez también físico, algo real, palpable y único. Yo también tengo miedos, siempre los he tenido, antes se escondían detrás de esa búsqueda infinita de creer en la felicidad, se escondían detrás de una burbuja inquebrantable para los demás, se escondían en dar todo a los demás y no dejar ni los restos para mi, ahora no se esconden, se asoman y se atreven a plantar cara a la vida, a negociar con la misma los términos de una solución pactada o ir a la guerra...

¿y por qué?

Creo en mí, como algo físico, creo en "sentirme bien" conmigo mismo, en darme todo aquello que me proporcione ese sentimiento, simplemente "sentirme bien" como algo divino.
Como una lista de sensaciones, recoges o tiras, eliges, haces o no haces, todo en favor de sentirme bien y hacerme más fuerte como persona. Eliges amistades, situaciones que quieres o no quieres vivir, rechazas todo lo que crees funesto para tu persona, ves el trabajar o las obligaciones de otra manera, miras por sonreír todo el día y haces lo imposible por ti y para ti entre otras cientos de miles de cosas (no seáis burros, todos tenemos malos días también, pero se quedan en eso, en malos días).

Este es el modo que encontrado para hacer frente a todos los caminos de la vida que me ha tocado vivir, tanto en su parte buena como en su parte mala, enfrentándome y aprendiendo, riendo, llorando pero llegando a la meta, y esa meta es YO y SENTIRME BIEN.

Si algo no nos enseñan en la vida es que después de levantarte de una dura caída van a venir más caídas, nos enseñan a creer que la felicidad es atemporal y que está en el espacio y en nuestras almas y que los caminos se alisan porque si...

Sinceramente, te lo digo así, deja de buscar memo/a, no vas a encontrar la "felicidad" y si lo haces ya me contarás que forma tiene.
A tomar por el culo con la "felicidad" cuando lo que todos buscamos es más simple, creer en nosotros para protegernos mejor y querer sentirnos bien con nosotros para ser mejores personas...

Y esto, no es ser más cabrón o más egoísta... Se llama "Quererse más", algo que le falla a muchos/as y que yo ya he conseguido con esfuerzo y cariño.

Suerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario