martes, 15 de marzo de 2011

ALARMA DE SALUD EN JAPÓN POR NUBE TÓXICA

Son tres las centrales nucleares que están en estado de alerta por derrames radioactivos: la planta nuclear de Fukushima, la de Onagawa y la de Tokai. Autoridades japonesas distribuirán medicación para proteger contra el cáncer de tiroides, el que más afecta a víctimas de la radiación. Diecisiete tripulantes del buque estadounidense USS Reagan, que colaboraron en Fukushima, presentaron niveles de radiación.
Hasta ahora, las autoridades sanitarias japonesas creen que al menos 200 personas habrían sido afectadas directamente por la radiación. Sin embargo, “deben planear en base al peor escenario”, explicó el doctor John Boice, director científico del Instituto Internacional de Epidemiología de Rockville, Maryland.
También se detectaron niveles de radiación en los cuerpos de 17 miembros de la tripulación del buque estadounidense USS Reagan. Estos oficiales habían viajado en helicópteros para asistir a personas en la central nuclear de Fukushima, en donde ocurrió la explosión.
Autoridades del buque informaron que los oficiales habrían estado expuestos, en apenas una hora, a una cantidad de radiación equivalente a la que se puede recibir en un mes. Por eso, las autoridades navales estadounidenses decidieron reposicionar a toda la flotilla de barcos y aviones que operaban en las costas cercanas a la planta nuclear para evitar mayor exposición a la radiación.
La explosión en Fukushima ocurrió en la unidad 1 de la planta que se encuentra a 120 kilómetros de la capital, Tokio, y al sur de Seidan, ciudad que fue epicentro del terremoto de magnitud 8.9 que arrasó el área el viernes 11. Inmediatamente se comenzó a evacuar a los trabajadores y la población que vive en un radio de 12 millas alrededor de la central nuclear.
El domingo 13, otra central nuclear ubicada en Onagawa presentó altos niveles de radioactividad. Ese mismo día la central de Tokai entró en estado de alerta a causa de un desperfecto en el sistema de refrigeración. Y el lunes 14 Fukushima sufrió otras dos explosiones.
Los efectos de una nube tóxica en la salud
Médicos realizaron pruebas al azar a trabajadores de la planta y personas internadas en hospitales cercanos para determinar el grado de riesgo al que han estado expuestos.
Japón es uno de los países que más sabe de las consecuencias de una nube tóxica causada por una explosión nuclear, ya que trató, y estudió, a las víctimas de la radiación producida por las bombas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki en 1945, durante la II Guerra Mundial.
La extensión del riesgo, y el daño, depende principalmente del grado de exposición que sufrió la persona. Y esta exposición está directamente relacionada con el viento. “Cuanto más viento haya, más se expande y se intensifica la nube tóxica”, agregó el doctor Boice.
Los riesgos para la salud de una persona expuesta a una nube de material radioactivo van desde problemas respiratorios leves hasta trastornos de largo plazo y el cáncer.
Ocho secuelas de salud que deja un terremoto
La enfermedad más común se denomina Síndrome Agudo de la Radiación. Se trata de una enfermedad grave que ocurre cuando el cuerpo recibe dosis de radiación, especialmente de yodo o rayos gamma, durante un período breve de tiempo, explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, sus siglas en inglés).
Los síntomas típicos de una intoxicación por radiación incluyen vómitos, diarrea y náuseas. Otra de las consecuencias de la radiación es el daño en la piel. Puede causar inflamación, picazón y enrojecimiento, y hasta la pérdida del cabello.
Al igual que con los otros síntomas, la piel puede parecer haberse curado, hasta que regresan los síntomas y perduran por días o semanas.
A mayor exposición, menor es la expectativa de vida de las personas que sufren este síndrome. La causa del fallecimiento en la mayoría de los casos es la destrucción de la médula espinal, como consecuencia de infecciones o derrames internos.
Miles de los sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki, en 1945, y 30 de los bomberos que asistieron luego del accidente en la planta nuclear de Chernobil, ocurrido en Ucrania en 1986, sufrieron este síndrome.
En 1945, cerca de 90.000 personas en Japón murieron a consecuencia de la nube tóxica causada por estas bombas. Y 9,000 murieron hasta décadas después por cánceres inducidos por la radiación. En la población afectada por este tipo de radiaciones el riesgo de cáncer se eleva 500 veces.
Vitamina D contra el cáncer
El accidente de Chernobil liberó una enorme cantidad de yodo radiactivo que afectó el funcionamiento de la glándula tiroides en miles de personas. Y causó cáncer de tiroides en cientos de niños. Este accidente tuvo una potencia 500 veces mayor que la de las bombas lanzadas en Japón.
Según explica la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), muchas cosas emiten radiación: la luz, un horno microondas, pero no son radiaciones que afecten a la salud humana. Estas radiaciones “inofensivas” se denominan “no ionizantes”. Sin embargo, la radiación que emiten las centrales nucleares cuando hay un accidente es la llamada “radiación ionizante”, que es un carcinógeno humano.
La radiación ionizante incrementa el riesgo de ciertos tipos de cáncer más que de otros.
La glándula tiroides y la médula ósea son más sensibles a la radiación. Por eso, indica el Centro de Salud de la Universidad de Maryland, el cáncer de tiroides y la leucemia, un tipo de cáncer que surge en la médula ósea, son los más comúnmente inducidos por la radiación.
Con la exposición a la radiación, las células de la glándula tiroides y de la médula espinal comienzan a morir y su ADN a “intoxicarse”, lo cual causa un proceso degenerativo celular. Las células se transforman en “malignas”, es decir, en cancerosas.
La observación sobre la incidencia del cáncer de tiroides surge del análisis de las víctimas directas expuestas a la radiación nuclear. Estudios realizados luego de las bombas atómicas lanzadas en Japón y el accidente nuclear de Chernobil comprobaron la alta incidencia especialmente de cáncer de tiroides.
Por eso, la preocupación actual de las autoridades de salud japonesas es prevenir que las personas expuestas sufran este cáncer en el futuro.
Sin embargo, otros graves problemas de salud pueden surgir de una exposición extensa a la radiación como pueden ser las mutaciones genéticas o el retraso mental. Según la EPA, si 1,000 fetos de entre 8 y 15 semanas estuvieron expuestos a 1 rem de radiación (medida internacional con la que se mide la intensidad de la radiación), 4 de ellos sufrirán de retraso mental.
Qué es el cáncer de tiroides
Según explica el Instituto Nacional del Cáncer, el cáncer de tiroides es una enfermedad por la cual se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos de la glándula tiroides.
La tiroides es una glándula con forma de mariposa ubicada en la base de la garganta, cerca de la tráquea. Una tiroides saludable es un poco más grande que una moneda de un cuarto de dólar. Por lo general, no puede palparse a través de la piel.
La tiroides usa yodo, un mineral que se encuentra en algunos alimentos y en la sal yodada, para ayudarla a elaborar varias hormonas. Las hormonas tiroideas cumplen las siguientes funciones:
Controlan la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal y la rapidez con la que los alimentos se transforman en energía (metabolismo).
Controlan la cantidad de calcio en la sangre.
Luego de los estudios a largo plazo realizados en personas afectadas por la radiación, los científicos pueden decir que la exposición a material radioactivo es una causa directa de cáncer de tiroides.

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